martes, 24 de marzo de 2020

De tal palo, tal astilla.


Quiero mostrar desde mis adentros, a uno de los hombres de esta imagen. Mi padre. No sé si encajará el título que he elegido para esta narración. No porque no seamos iguales o parecidos, sino porque no soy esa astilla por el momento. Pero el objetivo más importante y que me acompaña en cada despertar, es llegar a ser  un tercio de lo que él es.
Este varón me enseñó que la vida no es color de rosas, que levantarme en cada tropiezo me daría la enseñanza suficiente para afrontar el segundo golpe y con él aprendí a disfrutar eternos momentos de jolgorio y felicidad.
Cuando era pequeño, en mi hogar se vivía de manera diferente a la de mis demás amigos. Mi padre era quien nos acompañaba a la escuela a mi hermana y a mí. Él me compraba los mapas a último momento porque olvidaba decírselo antes. Todavía recuerdo la gracia que me daba cuando lo veía armándole la chuleta a mi hermana. Le quedaba torcida, pero ella iba como parrandera por la vida como si nada.  Se encontraba en todo, no se le escapaba ningún detalle.
Por otra parte, hay que mencionar que no es de oratorias o discursos largos, más bien, como decía Atahualpa Yupanqui, “Mi padre muchas veces, con una mirada o una palabra, me ordenaba alejarme de gentes que no consideraba oportunas o dignas para mis ojos”.
Y por si esto fuera poco, tiene una gran virtud, la humildad. Desde pequeño debió salir a ganarse el pan de cada día porque en su hogar no alcanzaba el dinero. Y supo muy bien como rebuscárselas, teniendo decenas de changas.
Y hasta en un lapso, quedó sin nada, ya casado con mi madre docente. Pero no importó, no bajó los brazos y siguió luchando. Hasta volver a acomodarse. Y en ese bajón, nunca nos trasladó el temor que habrá sentido. Siempre nos sonrío y eso nos hacía plantar sonrisas en nuestros rostros también. Justamente, al mal tiempo, buena cara.
Hoy la lejanía me deja disfrutarlo poco y nada, cada vez que veo a mi familia trato de exprimirlos, sacarles el jugo.
Creo que esta foto demuestra todo el río que se debe recorrer para que la astilla se funda en un abrazo con su palo, para parecerse un poco más, copiar sus buenas acciones y que queden marcadas como el mejor aprendizaje, el más fiel ejemplo.

9 comentarios:

  1. Hermoso Gonzalo!! Siempre en mi corazón ..tu seño Lili

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias seño Lili. Muchos recuerdos guardados de la hermosa etapa que pasamos en el Santa.

      Eliminar
  2. Que lindo Goncho! Emocionante. Hoy resignifico cada palabra desde el lado de los padres!!! Un grande el Rubén, imposible no cruzarlo si salís a calle jaja

    ResponderEliminar
  3. Un genio Ruben !!!❤️ Y Geli también!!!

    ResponderEliminar
  4. Qué lindo Gonzi!! Los vecinos más simpáticos, un grande Rubén!!

    ResponderEliminar