Quiero mostrar desde mis adentros, a uno
de los hombres de esta imagen. Mi padre. No sé si encajará el título que he
elegido para esta narración. No porque no seamos iguales o parecidos, sino
porque no soy esa astilla por el momento. Pero el objetivo más importante y que
me acompaña en cada despertar, es llegar a ser
un tercio de lo que él es.
Este varón me enseñó que la vida no es
color de rosas, que levantarme en cada tropiezo me daría la enseñanza
suficiente para afrontar el segundo golpe y con él aprendí a disfrutar eternos
momentos de jolgorio y felicidad.
Cuando era pequeño, en mi hogar se vivía
de manera diferente a la de mis demás amigos. Mi padre era quien nos acompañaba
a la escuela a mi hermana y a mí. Él me compraba los mapas a último momento
porque olvidaba decírselo antes. Todavía recuerdo la gracia que me daba cuando
lo veía armándole la chuleta a mi hermana. Le quedaba torcida, pero ella iba como
parrandera por la vida como si nada. Se
encontraba en todo, no se le escapaba ningún detalle.
Por otra parte, hay que mencionar que no
es de oratorias o discursos largos, más bien, como decía Atahualpa Yupanqui,
“Mi padre muchas veces, con una mirada o una palabra, me ordenaba alejarme de
gentes que no consideraba oportunas o dignas para mis ojos”.
Y por si esto fuera poco, tiene una gran
virtud, la humildad. Desde pequeño debió salir a ganarse el pan de cada día
porque en su hogar no alcanzaba el dinero. Y supo muy bien como rebuscárselas,
teniendo decenas de changas.
Y hasta en un lapso, quedó sin nada, ya
casado con mi madre docente. Pero no importó, no bajó los brazos y siguió
luchando. Hasta volver a acomodarse. Y en ese bajón, nunca nos trasladó el
temor que habrá sentido. Siempre nos sonrío y eso nos hacía plantar sonrisas en
nuestros rostros también. Justamente, al mal tiempo, buena cara.
Hoy la lejanía me deja disfrutarlo poco y
nada, cada vez que veo a mi familia trato de exprimirlos, sacarles el jugo.
Creo que esta foto demuestra todo el río
que se debe recorrer para que la astilla se funda en un abrazo con su palo,
para parecerse un poco más, copiar sus buenas acciones y que queden marcadas
como el mejor aprendizaje, el más fiel ejemplo.
Hermoso amigo ❤️
ResponderEliminarHermoso Gonzalo!! Siempre en mi corazón ..tu seño Lili
ResponderEliminarGracias seño Lili. Muchos recuerdos guardados de la hermosa etapa que pasamos en el Santa.
EliminarQue lindo Goncho! Emocionante. Hoy resignifico cada palabra desde el lado de los padres!!! Un grande el Rubén, imposible no cruzarlo si salís a calle jaja
ResponderEliminarGracias Magui!
EliminarUn genio Ruben !!!❤️ Y Geli también!!!
ResponderEliminarGracias Antito!
EliminarQué lindo Gonzi!! Los vecinos más simpáticos, un grande Rubén!!
ResponderEliminarJajaja gracias Mari!
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